lunes, 12 de enero de 2015

Una Vuelta para escaladores

El pasado sábado día 10 se presentó en Torremolinos la 70º edición de la Vuelta Ciclista a España, que arrancará el 22 de agosto en Puerto Banús y finalizará el 13 de septiembre en Madrid tras un año de “exilio” en Santiago de Compostela. Lejos de bajar el nivel de años anteriores, este año la Vuelta será aún más dura si cabe, con nueve finales en alto, todos ellos inéditos.
Como ya es tradición en los últimos años, la carrera arrancará en Puerto Banús con una contrarreloj por equipos de 7,4km que tendrá su meta en Marbella, y que servirá para establecer las primeras diferencias entre los favoritos al triunfo final. Los finales en alto no se harán de rogar, ya tendremos el primero en la segunda etapa con la llegada a Caminito del Rey. En la cuarta etapa tendremos la siguiente llegada en alto en Vejer de la Frontera, Cádiz, y en la sexta el pelotón finalizará la jornada en la Sierra de Cazorla. En la séptima etapa viviremos el primer final de alta montaña de la Vuelta 2015 en la Sierra de la Alpujarra.
Y, tras una semana íntegramente por territorio andaluz, la carrera saldrá de Andalucía en la octava etapa con dirección a Murcia, con un paso previo obligado por la Cresta del Gallo antes de encarar la meta en la capital murciana, y después recorrerá la Comunidad Valenciana (con llegada al Alto de la Cumbre del Sol incluido) hasta llegar a Andorra, donde, tras la primera (y merecida) jornada de descanso, se disputará la que posiblemente sea la etapa más dura de los últimos años de la Vuelta a España, según dicen los organizadores y el propio Joaquim “Purito” Rodríguez, conocedor de la zona por ser su lugar de residencia (y su zona de entrenamiento habitual) y que ha sido el encargado de diseñar casi al 100% la etapa. Seis puertos, incluidos el paso por el Coll de la Gallina y el final en Cortals d’Encamp y 5.200 metros de desnivel acumulado. Una barbaridad.
Luego de un par de etapas de transición por Lleida y Tarazona, la Vuelta afrontará su ya habitual tríptico de etapas por Cantabria y Asturias. Las etapas por el norte de España nunca defraudan, son etapas que siempre dejan imágenes para el recuerdo, y este año no va a ser menos. La Fuente del Chivo, Sotres y la Ermita de Alba prometen dar espectáculo y brillo a la carrera. La Fuente del Chivo es un puerto largo y tendido, con 21km y casi un 5% de desnivel medio, pero tiene tramos, especialmente en la última parte del puerto, donde la pendiente puede alcanzar un 16%. El Jitu de Escarandi (Sotres) también es un puerto largo, de unos 14km, pero tiene unos primeros kilómetros durísimos y unas pendientes en su parte final que pueden llegar a alcanzar el 25%, casi nada. La subida a la Ermita de Alba es más corta (“sólo” 7km), pero a cambio los corredores tendrán que afrontar una pendiente media del 11%.
Dejamos atrás Asturias, pero la Vuelta aún tiene cosas que ofrecernos. Después de la segunda jornada de descanso tendremos la única contrarreloj individual de esta edición. Se disputará en Burgos, sobre un trazado prácticamente llano de 39km. Se quejaba Chris Froome de la ausencia de una contrarreloj larga en la edición del Tour de este año y demandaba una para la Vuelta. Pues nada, aquí la tiene.
Y una vuelta significativa este año antes de echar el cierre en Madrid, y que ya llevaba varios años ausente: una etapa por la Sierra de Guadarrama. Saldrá desde San Lorenzo del Escorial y se ascenderá Navacerrada, se hará un doble paso por Morcuera y se subirá Cotos antes de encarar el descenso hacia Cercedilla. Las etapas por la Sierra de Guadarrama siempre dejan huella, ya que, al disputarse al final de la carrera, hacen daño a unos corredores que ya llegan muy fatigados por los esfuerzos acumulados.
En definitiva, la edición 2015 de la Vuelta Ciclista a España será igual o más dura que ediciones anteriores. No tiene etapas míticas como los Lagos de Covadonga o el Angliru, pero a cambio nos deja unos finales de etapa inéditos que competir en dureza con otros puertos más conocidos y que también prometen ofrecer espectáculo al aficionado. Por otro lado, nos deja también la vuelta de una etapa que, desde mi punto de vista, se podría considerar como mítica: la etapa por Guadarrama. Un punto en contra, y que también lo encontramos el año pasado, es que da pocas oportunidades a los sprinters para lucirse, pero no creo que esto afecte demasiado al nivel de la carrera. No sé vosotros, pero yo estoy deseando que llegue el 22 de agosto.

miércoles, 7 de enero de 2015

Radiografía de un equipo tocado y hundido


Normalmente, cuando el mar está tranquilo, cuando parece una balsa de aceite, puedes coger tu barco y navegar sin problemas porque no hay riesgo alguno, no hay nada que pueda perturbar tu travesía. El problema viene cuando el viento comienza a soplar y remueve el mar de tal forma que se inicia un gran oleaje, y si a ello le sumamos una tormenta con todos sus ingredientes (lluvia, truenos y relámpagos), el resultado puede ser un barco encallado y a la deriva. Este barco es el F.C. Barcelona, lo que ocurre en este caso es que han sido ellos mismos los detonantes de esa tormenta que les ha llevado a darse de bruces contra las rocas.
Sí amigos, las aguas no corren tranquilas en Can Barça. Desde que el anterior presidente, el señor Sandro Rosell, viajara a Brasil y volviera con los bolsillos llenos y con un fichaje, el de Neymar, lleno de incógnitas, bajo el brazo, el club va ahora mismo cuesta abajo y sin frenos. Lo último ha sido la sanción de la FIFA, que le impide hacer fichajes hasta el año 2016, y que ha provocado el despido fulminante del director deportivo Andoni Zubizarreta, el fichaje infiltrado de Florentino Pérez, tras sus palabras al ser cuestionado sobre el tema después del partido contra la Real Sociedad; un director deportivo que, por otro lado, ha demostrado ser un completo inepto durante su estancia en el club, con decisiones nada inteligentes que han perjudicado más que beneficiado a su equipo, ya que han dado como resultado un proyecto deportivo totalmente desastroso, sin guion, sin futuro, con jugadores innecesarios en unas posiciones y jugadores que no dan el nivel en posiciones que realmente se necesitan cubrir  (“Zubi, ¿quién es Douglas? ¿De qué juega? ¿Delantero, portero?”).
Y no hablemos ya de los entrenadores. Desde que Pep Guardiola vio que el barco empezaba a hundirse y decidió tirarse al agua para que fueran otros los que se comieran los marrones, hemos podido disfrutar del “Tata” Martino, que bastante hizo el pobre para ser la primera vez que salía de Argentina (no quería tocar nada de lo que había antes de su llegada por si acaso rompía algo), y ahora podemos deleitarnos con la presencia en el banquillo del Camp Nou del gran Luis Enrique, una copia barata de Guardiola que ya en su etapa en la Roma salió escaldado por querer hacerse el chulo y cargarse a una institución en ese club como es Francesco Totti, y que ha llegado al Barcelona para intentar sacar adelante un proyecto que baila al son del pequeño dictador culé, véase Leo Messi. Ahora le toca hacerse cargo de un vestuario en donde no se hace nada si no es con el consentimiento del argentino.
Porque no lo neguemos, Messi se ha convertido en el amo y señor del vestuario culé, llegando a mandar incluso más que el propio entrenador. El argentino ha sido desde siempre el niño mimado del Barcelona. Cuando cogía un berrinche, ahí estaba enseguida el club para darle la piruleta en forma de subida de sueldo para que dejase de llorar, o de venta de jugadores que ya no quería tener a su lado (Ibrahimovic, Villa, Bojan, Tello…), lo que le ha ido dando cada vez más poder dentro del equipo y entre sus propios compañeros.
Lo que he comentado en este artículo es sólo una pequeña parte de todo lo que está ocurriendo en el seno del club blaugrana. Actualmente podemos observar a un equipo que nunca ha sido grande, pero que ahora lo es menos aún por culpa de la corrupción y la nula idea deportiva de sus dirigentes. Y si a eso le unimos una plantilla apática, sin "ganas" de ganar, con un entrenador que no sabe imponerse entre sus jugadores, y unos jugadores (en este caso uno) que se creen dioses, obtenemos un equipo tocado y hundido. Y mientras el presidente Bartomeu se siga enrocando y se niegue a soltar la poltrona para dejar paso a una directiva más sana, los problemas del Barça continuarán, y el regocijo en el Bernabéu también.